Hacer lo que uno ama
- angiemrtz1
- 16 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Con la locura de esta cuarentena, a muchos se nos ha olvidado hacer al menos una cosa en el día que en verdad nos apasione. Para mí, al entrenar un deporte de contacto, esto ha sido mucho más que difícil. Y aunque sigo entrenando y acondicionando mi cuerpo para el esperado regreso, no ha sido suficiente para mí.
Durante esta cuarentena me he visto en la obligación de lidiar con algunos problemas propios, pero también con algunos problemas externos, que de alguno manera u otra, me afectan. Me he visto en la necesidad de seguir saliendo a trabajar en el negocio de mis papás, para poder ayudarlos a administrar el tiempo que le dedican a las dos sucursales de sus negocios, y que justamente han tenido que cerrar una de ellas, justo ayer. He hecho, también, montones de tareas que me encargaron de un día para otro, porque de repente se dieron que cuenta que "tal vez no vayamos a volver cuando lo estaba planeado", y además de todo, la vida continúa, y los cambios no siempre son aceptados tan gentilmente por todos.
Aunque todas estas actividades no suenen como la gran cosa, de verdad que han modificado mis horarios y afectado el tiempo que tengo para dedicarme a mí misma, y a lo que me gusta.
He de aceptar, incluso, que un par de días me sentí bastante triste porque no tenía manera de dedicarle al menos una hora a algo que a mí me gustara.
Y en esos días de tristeza, me encontré con ésto: un vídeo de la última competencia de porras a la que fui. Fue en junio del año pasado, y fuimos a competir con el equipo que, en ese tiempo, mi novio entrenaba. En este pequeño fragmento de la rutina que se ve en el vídeo, se ve la pirámide. Era casi el final de la rutina, ya todos estábamos cansados, pero sabíamos que la pirámide es una de las partes más importantes y que más valor tienen en la crítica de la rutina de 2:30 minutos.
Hoy decidí hacer este post y compartir este vídeo porque, al volver a ver el vídeo de la rutina completa, me hizo sentir de nuevo la emoción de entrenar, de convivir y valorar a las personas con las que entrenas. Practicar un deporte como este es 100% gratificante. Crecer como persona y atleta a la par con personas increíbles es algo inexplicable.
Hoy comparto uno de mis recuerdos favoritos con personas especiales para mí, porque no podemos practicarlo al momento, pero sé que pronto podremos volver y, aunque ya no entrenemos juntos, su grandeza seguirá siempre.
Comments